lunes, 16 de mayo de 2011

Scream #3: Say Goodnight

Es hora de decir adios, de decir adios a viejos rencores y odios, a antiguos amigos y ahora enemigos por razones que hasta ellos desconocen, sin embargo ese sentimiento de culpabilidad permanece en mi, no se va, no quiere irse, porque convive junto a la insatisfacción que produce el desconocimiento de las causas de este estado anormal, pero sabemos que ese sentimiento tiene un origen en el espacio y en el tiempo, yo aquí y tu allí, cada uno con su versión de los hechos, pero al fin y al cabo la verdad nunca es lo que cuenta, sino la confianza que te merecen los que te rodean. Son tiempos de cambio, de paz y armonía en los que de lo que menos hay que preocuparse es de que te odien o te juzguen sin saber, de lo que piensen o hablen de ti o de lo que te digan directamente, al fin y al cabo es tu vida y no puedes permitir que nada ni nadie se interponga en ella. A pesar de esto, debes tener cuidado con tus acciones, ya que éstas repercuten en la vida y la acción de otras personas que, sin que tu te des cuenta, cambiarán en el momento en que pases por sus vidas; una mirada, una palabra, una caricia, un beso... todo cuenta a la hora de marcar tu viaje por el recuerdo de alguien, sea por lo que sea, si has sabido ser medianamente listo, sabrás que lo que importa, después de todo, y llegado el final, es el recuerdo que los demás tienen de tí y la huella que has dejado en ellos. Quisiera vivir en un mundo en el que lo que le importa a las personas son las demás personas, no su apariencia ni su poder, si no su alegría, su tristeza, su melancolía, su amor... en el que los sentimientos de una persona no sean los que paguen por los actos de otra.